Reunirse en el estadio Paul Bessuard a las 7 a. m., luego dirigirse al gimnasio Charles le Chauve (en compañía de Sylvie), para registrar nuestro "boleto", Michèle también se unirá a nosotros.

8 am salida ficticia, la seguridad nos acompaña a la vía verde, luego se sueltan los grandes felinos. Después de haber bordeado las Morbras, recorremos los caminos del Bois de Ferrières, cruzamos Pontcarré y, en el punto 1 (km 8), vemos la puerta de Belle Assise, donde nos espera una pequeña estación de abastecimiento atendida por voluntarios. No debemos agobiarnos demasiado, porque el camino aún es largo. Después de intercambiar unas palabras con otros participantes, volvemos a ponernos en camino en dirección a Favières, “La Route” por caminos a veces embarrados, a veces transitables, pero sea cual sea el sol nos acompaña y la moral está alta.

Punto 2 (km 14,5) señalando… (sí, estamos en el expediente)… Merienda, y volvemos a ponernos en marcha hacia Neufmoutiers, km 27 señalando nuevamente, porque hay que mostrar “  patte blanche” , antes de llegar al punto de avituallamiento de nuestros encantadores voluntarios del club Randoxygen. Unas pocas palabras más intercambiadas aquí y allá, y ya es hora de irse, no hay tiempo para tomar una siesta.

Punto 4 (Favières (km 36), última parada y último refrigerio, y volvemos a ponernos en marcha, dirección Roissy; los últimos kilómetros parecen mucho más largos que los anteriores, los pies un poco doloridos en contacto con el macadán, pero la mente todavía está allí

Continuamos nuestro viaje hacia Pontcarré, los bosques de Ferrières y, por supuesto, Roissy. Uf, más de un kilómetro y liberación. Nuestro comité de bienvenida nos espera en la entrada del gimnasio, nos reconforta el corazón.

Un puntaje final, devolución de nuestra insignia, y recepción de nuestro famoso sésamo "el diploma final" se lo merece...

Gracias a Sylvie por acompañarme en esta aventura. Muchas gracias a todos los voluntarios de Randoxygen y a los demás, que nos acogieron calurosamente en los distintos avituallamientos y cruces, gracias a las boyas (era imposible perderse), y sobre todo muchas felicidades a Michèle por su gran buen desempeño. .

Silvia Philippe